El tiraje de la chimenea

Publicado por Antonio Diaz, Cristobal Huneeus y Marta Lagos
Las familias políticas han hecho historia. Una de las primeras que se viene a la mente es el Clan Kennedy que marco un periodo de la historia de EEUU. En efecto existen las familias políticas, pero mas bien como excepción que como regla. Los sistema de partidos de los países del primer mundo  tienen mecanismos de reclutamiento y selección de sus dirigentes que hace muy difícil  la existencia de familias políticas.  En Estados Unidos encontramos mas casos, a los Kennedy se le suma Busch.

En el caso de Chile la situación es muy distinta, una sociedad pequeña dominada por pocos dueños de la tierra, estaban mas bien obligados a hacerse cargo de la política. No había una democracia masiva y los que votaban era una pequeña minoría.

Una mirada al Congreso de 1900, vemos que apellidos como Bulnes, Larraín, Errázuriz o Valdés, se repiten con frecuencia. Si se analizan sus datos de parentesco, encontramos que un 60% de los miembros de ese parlamento, estaban emparentados entre sí[1]. A lo largo de la historia la sucesión se produce mas bien por  la alternancia de las familias. La Familia Alessandri es quizá la ultima de esa etapa de Chile.

Posteriormente en la segunda mitad del siglo XX surgen nuevas familias a partir del sufragio universal  que tiene lugar con la incorporación de la mujer en las elecciones presidenciales de 1952. La llegada de la Democracia Cristiana al poder en 1964 instala  nuevos nombres.

Chile ha modernizado su economía, construido carreteras, túneles, aereopuertos, pero no ha modernizado mucho su manera de hacer política, porque la dictadura no parece haber interrumpido la práctica de que instalen familias políticas en el poder.

La vuelta a la democracia trae consigo la instalación de otras familias, en su mayoría de izquierda, y centro izquierda. Lo notable del caso es que al volver la derecha al gobierno después de 50 años, comienza una etapa con nuevas familias que surgen de esa alternancia.

Esta presidencial es una excelente evidencia de esa tradición mas bien perversa la política chilena. La instalación de las familias en política habla de los partidos y sus mecanismos de reclutamiento y selección. Habla de  la manera como se genera el poder político que esta lejos de ser la manera deseada.
Hoy basta mirar los afiches de esta campaña política, para encontrarse con hermanos, padres e hijos, que llaman a votar por ambos.

Miraremos primero los candidatos que compiten al mismo tiempo que sus parientes en la misma zona.

En la Alianza, están los candidatos de la UDI,  Laurence Golborne, Pablo Zalaquett y  Jacqueline Van Rysselberghe que tienen algún familiar – hermano, hermana o hija en este caso- de candidato a diputado por un distrito en la misma circunscripción senatorial donde van ellos de candidatos. En el caso del ex presidenciable Golborne, candidato por la circunscripción senatorial Santiago Oriente tiene a su hija Ignacia que es candidata en el distrito D28 (Lo Espejo-Pedro Aguirre Cerda-San Miguel). Pablo Zalaquett  candidato a senador por la circunscripción senatorial Santiago Poniente tiene a  su hermana Mónica, que es diputada actualmente por el distrito D20 (Maipú, Cerrillos y Estación Central), y se repostula a la Cámara Baja, esta vez por el distrito D22 (Santiago), donde Pablo fue alcalde en el período 2008-2012. En el caso de los Van Rysselberghe, Jacqueline es candidata por la circunscripción senatorial Biobío Costa y su hermano, Enrique es diputado actualmente y va a la reelección en el distrito D44 (Concepción, Chiguayante y San Pedro de la Paz).

Esto no pasa solamente en la UDI, en Renovación Nacional, es la familia Ossandon la que se hace presente con los lazos de parentesco entre candidatos. Ximena- ex directora de la Junji- es candidata a diputada por el distrito D26 (La Florida) y su hermano Manuel José es candidato a senador por la circunscripción senatorial Santiago Oriente. Cabe recordar que en la elección municipal, la hija de Ximena, Bernardita Paúl Ossandón, fue electa concejal por Puente Alto, la misma comuna donde su tío fue alcalde por varios periodos.  Una situación familiar similar se distingue en el mismo partido con la familia Horvath, donde Antonio es senador por la circunscripción senatorial 18 (Aysén) donde no corresponde elección para 2014, y su hijo, también llamado Antonio, es candidato a diputado por el distrito D59, único distrito de esa circunscripción. Y estamos dejando fuera casos como la familia Sabat.

En el caso de la Nueva Mayoría, el PPD es el partido donde se están afianzando los clanes familiares. El caso más destacado es la familia Tuma. Eugenio Tuma está en el Congreso desde 1993, primero como diputado y desde 2009 como senador por la circunscripción senatorial 15 (Araucanía Sur), la que está compuesta por tres distritos, el D50, D51 y D52. Aunque Eugenio Tuma no va a la reelección pero a su hermano Joaquín que actualmente es diputado por el distrito D51, va a la reelección. Su hija es candidata a diputada por el distrito D50.

En el mismo partido, el senador Guido Girardi va a la reelección por la circunscripción senatorial Santiago Poniente y su hermana Cristina, que es diputada por el distrito D18 (Cerro Navia-Lo Prado y Quinta Normal) va a la reelección.

Finalmente no son sólo los candidatos de partidos que usan esta estrategia, sino también los independientes. El senador independiente Carlos Bianchi por la circunscripción de Magallanes, va a la reelección y su hija Karim va de candidato a diputada por el distrito 60, que corresponde a Punta Arenas.

En seis de los ocho casos descritos (Golborne, Zalaquett, Van Rysselberge, Ossandon, Girardi, Bianchi), lo que tienen en común, es que los familiares son candidatos en una misma zona geográfica, uno a senador y el familia a diputado. Es decir, comparten el proyecto político y  el esfuerzo de la campaña, porque al hacer propaganda para uno se hace automáticamente propaganda por el otro, porque comparten el mismo apellido.

Otros lazos de parentesco se dan entre candidatos que se postulan a zonas geográficas distintas. Así ocurre en la Democracia Cristiana con Matías Walker y Ricardo Rincón. El primero,  es diputado por el distrito D8 (Vallenar y otras comunas), donde va a la reelección. Tiene a dos hermanos senadores: El Presidente del PDC Ignacio Walker representa la circunscripción Quinta Costa y Patricio, que es senador por la circunscripción senatorial de Aysén. En el caso de Ricardo Rincón, es diputado en el distrito D33  y va la reelección. Su hermana Ximena Rincón- que también compitió en las primarias presidenciales de la DC y estuvo casada con el diputado y ex presidente del mismo partido Juan Carlos Latorre-  es senadora por la circunscripción Maule Sur a la cual no pertenece ese distrito.

En el mismo partido, están los candidatos de la familia Sabag, donde Hosain senador por Biobío Costa, va a la reelección pero por otra, BioBio Cordillera. Su hijo, Jorge, es también candidato a diputado por el distrito de D42 (Cabrero y otras comunas), que pertenece a la circunscripción senatorial Biobío Costa.

En la Alianza, Juan Antonio Coloma Álamos, candidato a diputado por el distrito D31 (Talagente y otras comunas) es hijo del Senador Juan Antonio Coloma Correa que representa a la circunscripción senatorial del Maule Norte. Cabe mencionar, que el padre de Coloma Correa, también fue senador a mediados del siglo XX.

En Renovación nacional, se encuentra también a Cristián Monckeberg, quien es tío de y Nicolás Monckeberg. Ambos diputados van a la reelección, Nicolás por el distrito D18 (Lo Prado, Quinta Normal y Quinta Normal) y Cristian por el distrito D23(Vitacura, Lo Barnechea y Las Condes).
En total son 13 candidatos a diputados, de un total de 470, los que tienen un familiar que también va candidato a senador.

Que duda cabe que hoy las “familias” políticas no dominan como lo hacían en la época de la “fronda aristocrática”, pero es una reminiscencia de una manera de hacer política que acusa la falta de tiraje de la chimenea,  y la falta de más modernidad en la política. Al final del día es la influencia de un político en su zona lo que muchas veces permite que un pariente se inserte, o el éxito de una gestión ligada al hecho de que el partido no tiene mecanismos de reclutamiento y seleccionar a sus integrantes.

Al revisar la composición de los dirigentes políticos en los países más ricos , encontramos más bien sospecha y reticencia ante la instalación de parientes, o de la formación de familias políticas por esta vía. Las reglas de la política en otras latitudes, sus niveles de transparencia, las barreras a la entrada y rendición de cuentas hacen que la competencia de parientes se hace muy difícil. Es por ello que los Kennedy y los Bush son una excepción. La política chilena no pasa por un buen momento, la participación electoral está en el momento más bajo de su historia desde 1990, y este elemento sanguíneo de la política es más bien una consecuencia del problema que una causa.



[1] “ Treinta clanes familiares han sido los mayor presencia en el Congreso”, Marisol Olivares, Carmen Gloria Ramos y Sara Valdés. La Tercera, 4 de mayo de 2008.

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